viernes, 20 de noviembre de 2015

Entrevista a Vicente Garrido, miembro del Grupo de OHL Barcelona


     Tenemos el placer de entrevistar para el mes de Noviembre a Vicente Garrido, miembro del Grupo de Voluntarios OHL- Barcelona para conocer un poquito más sobre el Grupo de Voluntarios y la actividad que realiza en Barcelona. 

      Desde Madrid, nos gustaría agradecerte todo el apoyo, ilusión y esfuerzo que pones en cada actividad y en el día a día apoyando al grupo de voluntarios. ¡Nos vemos pronto Vicente!



Vicente Garrido - Voluntarios OHL Barcelona 

¿Cómo conociste el grupo de voluntarios de OHL?

Si no recuerdo mal, fue gracias a la primera campaña que se realizó en Barcelona, que tuvo que ver con recogida de libros para una ong en Perú en 2006 o 2007. Esa fue la primera de las muchas que hemos realizado hasta ahora y de forma continuada. 

Previamente Maria Ruspoli había presentado en las oficinas de OHL en Barcelona algunos de los proyectos que se habían llevado a cabo en Madrid. Me pareció una fantástica manera de colaborar con aquellos que lo pudiesen necesitar y también de hacer cohesión con compañeros de la empresa con los que habitualmente no tienes relación.


¿Recomendarías a otros compañeros que participaran en las actividades de voluntariado corporativo? ¿Por qué?

Lo recomiendo cien por cien. Dentro del mundo en que vivimos todo va demasiado rápido y a veces creemos que haciendo una aportación económica a cualquier ONG hemos cubierto nuestro cupo solidario, y lo es, pero, el ser partícipe de una campaña, provoca que la hagas tuya, que la vivas en primera persona, allí eres consciente que has regalado lo más preciado en la sociedad actual, tu tiempo, paras ese reloj de la rutina diaria para una buena causa y como recompensa una vez finalizada la campaña la sensación que te llevas es muy muy muy gratificante.

Sirve también, creo yo, para tener un poco los pies en el suelo, tenemos que pensar que en nuestro entorno, en líneas generales, es inimaginable que hayan familias que no tengan un trozo de pan que llevarse a la boca, una escuela donde aprender, o incluso algo tan cotidiano como el acceso a agua potable, y ese contraste también provoca que uno reflexione sobre lo afortunado o no que puede llegar a ser solamente en función del lugar donde haya nacido.

El ser voluntario te forma como persona y aporta a tu día a día una serie de valores que a veces tenemos olvidados.

¿Cuál ha sido la campaña en la que has participado que más te ha gustado?

Mentiría si no dijese que la campaña que más me marcó fue la de los “sueños son posibles” para AFAC, en la que tuve una participación directísima. Dada mi condición de mago y cómico, realizamos espectáculos de magia de cerca tanto en las oficinas de Barcelona como de diferentes empresas del grupo en Madrid, allá por 2.008 para poder recaudar fondos para niños de orfanatos de China que sufren algún tipo de patología. Una vez operados, esos niños tenían la opción de entrar en el circuito de adopción. Quien me iba a decir a mí, que gracias a esa campaña una de las “peques” operadas, finalmente sería mi hija Laia Jinbin…magia!!!.

Pero también mentiría si no dijese que en cada una de esas campañas en las que he participado me han aportado muchas cosas.

Recuerdo la campaña del Agua por su impacto, la de recogida de alimentos en plena crisis, más recientemente la de Haití, o la del año pasado para el estudio de la Ataxia de Friedrich, donde una madre recoge fondos para cubrir el estudio de esa enfermedad genética no sé…son muchas.
En el fondo me quedo con la gente, con los compañeros, con la sonrisa, con la emoción, con la ilusión…



¿Recuerdas algún momento especial?
Ha habido muchos y sobretodo como comentaba antes, el tema de China me tocaba en primera persona, pero ahora que pienso, el que más me llegó fue para el de recogida de alimentos en 2013
Los de Banc d’Aliments, nos dieron como punto de entrega una parroquia cerca de las oficinas centrales.
Tuve la suerte de realizar la primera compra en un supermercado de la zona “in situ” con el dinero recaudado, junto a las personas encargadas de la distribución de los alimentos en dicha parroquia. No podía llegar a imaginar la logística que tenían montada para aprovechar absolutamente cada uno de los céntimos de los que disponían.
Y se me quedó grabado este comentario: “no entiendo como hay gente que entrega garbanzos y lentejas para estas familias, que por supuesto agradecen, pero deberían pensar que estas personas no tienen donde cocinar, es mejor que la legumbre esté ya cocida, con suerte, viven en una habitación con un microondas y así lo pueden calentar y dárselo a sus hijos”
Ese día mi percepción de “recogida de alimentos” cambió. A veces es una cuestión de sentido común, la belleza de lo simple.

No hay comentarios:

Publicar un comentario